La fórmula molecular expresa el número real de átomos que
forman una molécula a diferencia de la fórmula química que es la representación
convencional de los elementos que forman una molécula o compuesto químico. Una
fórmula molecular se compone de símbolos y subíndices numéricos; los símbolos
corresponden a los elementos que forman el compuesto químico representado y los
subíndices son la cantidad de átomos presentes de cada elemento en el
compuesto.1 Así, por ejemplo, una molécula de ácido sulfúrico, descrita por la
fórmula molecular H2SO4 posee dos átomos de hidrógeno, un átomo de azufre y
cuatro átomos de oxígeno. El término se usa para diferenciar otras formas de
representación de estructuras químicas, como la fórmula desarrollada o la
fórmula esqueletal. La fórmula molecular se utiliza para la representación de
los compuestos inorgánicos y en las ecuaciones químicas. También es útil en el
cálculo de los pesos moleculares. En un sentido estricto, varios compuestos
iónicos, como el carbono o el cloruro de sodio o sal común no pueden ser
representados por una fórmula molecular ya que no es posible distinguir átomos
o moléculas independientes y por ello, sólo es posible hablar de fórmula
empírica. Ejemplo: NaCl es la fórmula del cloruro de sodio, e indica que por
cada ion sodio, existe un ion cloro.1
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